10 de mayo de 2008

CDR no tiene verguenza

CDR no tiene vergüenza.

El Grupo político CDR se viene caracterizando desde hace algún tiempo en realizar un tipo de política muy peligrosa en estos tiempos que corremos, la tergiversación interesada, la manipulación tendenciosa y la provocación constante a todo lo que huela a antifascismo y que nos hace pensar en las peligrosas relaciones políticas que este grupo político pudiera tener entabladas.

Ya le toco al concierto antifascista organizado por la UJCE en Rivas tras el asesinato de Carlos Palomino a manos de nazis en Madrid y continúa con su paranoia contra esta organización política juvenil al elegir esta Rivas como espacio para la realización de un concierto solidario con el Sáhara y para presentar una revista.

CDR continúa su campaña contra la música y el pensamiento que ya iniciaron otros contra Soziedad Alcohólica, por la misma razón que ahora. Da igual que este grupo saliera absuelto por la Audiencia Nacional y que en la sentencia se sostuviera que las letras de sus canciones no constituyeron delito alguno puesto que no hacen apología de ETA y tampoco incurren en menosprecio a las victimas. Las declaraciones públicas del grupo Banda Bassotti que iba a tocar en Rivas son contundentes en su desmarque del terrorismo. La censura previa es lo que priva a CDR.

Señor Querencias, señor concejal, deje de asustar a la gente, de sembrar el terror, se lo aseguramos, el cartero que le lleva el correo tampoco es un terrorista. Alguien que cree en un estado de derecho, en la justicia, en las fuerzas de seguridad, en las instituciones, no va gritando a los cuatro vientos que ve terroristas por todos los sitios asustando a la gente, sembrando el terror con una pluma, señalando a los objetivos que luego jóvenes cachorros queman y apuñalan, sembrando, estos si, el terror, Quemando sedes de IU y del PSOE en la Comunidad de Madrid y pegando palizas a jóvenes cualesquiera que lleven una determinada estética.

Señor, usted va a conseguir que no le haga caso nadie, ni la policía, ni los vecinos y vecinas informad@s, ni los jueces; no cree en la democracia, por eso, de forma totalmente rechazable, utiliza la sensibilidad y el respaldo de todos nosotros, los y las Ripenses, con las victimas del terrorismo criminal de ETA, para ver si algún despistado o despistada le confunde con una persona con nobles sentimientos y hace carrera política, aunque eso provoque que gente honrada, trabajadora y que ha sufrido los ataques de ETA, reciba ahora también los ataques de sus jóvenes cachorros. Un puñado de votos no vale una puñalada a un chaval o el incendio de una sede política con el peligro consiguiente para los vecinos y vecinas, también es inadmisible que defienda la censura de la cita de la Banda Bassotti que critica al asesino Carrero Blanco.

Seguro que las instituciones y los votos de las vecinas y vecinos acabarán por ponerle en su sitio.

Finalmente decir que el Alcalde que gobierna en Rivas, en esta ocasión se ha equivocado gravemente y no debía haber cedido a las presiones de la de la COPE y Telemadrid.

Comité de la Agrupación de Rivas Vaciamadrid del Partido Comunista de Madrid (PCM-PCE)
10 mayo 2008

9 de mayo de 2008

Manifiesto por la libertad de expresión

En los últimos años hemos asistido en el Estado español a una campaña de difamaciones contra bandas de música por parte de sectores ultraconservadores como el PP y la AVT. Estas acciones resultan particularmente virulentas en lugares Gobernados por la izquierda. Así, en Rivas Vaciamadrid la presión del gobierno de la Comunidad de Madrid ha conseguido finalmente que el Ayuntamiento impida la celebración de un concierto protagonizado por el grupo Banda Bassotti.

La criminalización de la diferencia y la imposición de pensamiento son un claro mecanismo de represión de la ultraderecha que a menudo termina generando “cazas de brujas” con todo lo que es diferente.

La persecución llevada a cabo por estos sectores, ha atentado en este caso contra la presunción de inocencia, ha tergiversado las letras e incluso ha acusado sin pruebas a colectivos, afectando a su honor y a su credibilidad.

Asumir estas posturas y no condenarlas supone un claro ejercicio de tolerancia con los sectores más reaccionarios de la sociedad, lo que implica una evidente pérdida de derechos para el conjunto de la ciudadanía.

Es imprescindible por tanto dar una respuesta unitaria y exigir la libertad de conciencia.

Por consiguiente, l@s abajo firmantes, exigimos que se respete la diversidad y la pluralidad, el debate y la rebeldía como elementos constructivos y que las instituciones públicas no se plieguen al chantaje de la ultraderecha.

Madrid, 9 de mayo de 2008